Muchos lo saben, a los 40 quiero tener mi primer libro...lo he declarado, quiero escribir en todo lo que me quede de vida después, amo hacerlo y sé que es un tremendo desafío que estoy dispuesta a asumir con todo el gusto del mundo...
No sé cuando empezó esta afición, recuerdo que cuando tenía 10 u 11 años llegó a mí el libro Corazón de Edmundo de Amicis, en cuyas páginas me vi atrapada por mucho tiempo, me encantó tanto leer ese libro que lo releí al menos 7 veces durante dos años o más...a la par recuerdo que me escabullía al cuarto de mi hermana mayor para tener en mis manos un libro nuevo....sí...ahora lo sé, fue ella quien me guió en el amor a la lectura y desde ahí no he parado.
Recuerdo que en algún tiempo ella me leía cuentos para dormir, era una delicia escucharla...aunque lo que ella no sabía es que yo, sin que ella lo supiera, me había leído casi todos sus libros más de una vez, me sabía de memoria todos aquellos cuentos, no me cansaba de escucharlos, mi mente volaba, podía vivir esas historias, de princesas, principes, reyes, brujas malas, dragones, magos, animales que hablaban, bosques, arroyos...y sobre todo esos finales felices que estos cuentos describían...
Empecé a escribir a los 11 años, con mi primer diario, y desde ahí de algún modo tampoco he parado....tengo varios diarios y cuadernos escritos con mis vivencias entre los 11 y 18 años...era una especie de catarsis, esas páginas reflejaban quizás una de las épocas de cambios más difíciles que atrevesé...creo que sin esa afición mucho dolor anidaría hoy en mi alma...gracias a Dios, escribir todo y sacarlo de mí me permitió superar aquella etapa y mirar siempre nuevas oportunidades en mi camino...
Creo que el leer desde temprano libros de diferente índole me enseñaron que muchas cosas eran posibles, recuerdo que hubieron algunos que cambiaron mi vida, que me hicieron llorar de alegría, que me dieron esperanza, alegría, que me devolvieron la fe, que me enseñaron a tener una mejor vida, a relacionarme mejor con los demás, que me mostraron la divinidad, la felicidad, la capacidad de creer en los sueños...siento que cada libro leído tocó de algún modo mi vida y produjo un cambio que he ido viendo paulatinamente a lo largo de mis 27 años...
Sueño con tener una biblioteca inmensa...hoy más que nunca amo recorrer Crisol o la librería del Fondo de Cultura Económica y quedarme sumida en sus paredes repletas de títulos y autores diversos...por dentro sueño tener algún día en aquellos afiches mi nombres y mis obras...
A veces pienso que esta afición me está conduciendo a un lugar...aún no sé exactamente a donde...sólo sé que me gustaría siempre tener la dicha de compartir toda aquella sabiduría que tantos autores me han regalado en sus páginas...y voy a hacer cosas para que eso suceda...
Aquellas voces escritas jamás me han fallado en momentos de soledad, ausencia, miedo, angustia y tristeza...siempre he encontrado en ellas esperanza, alegría, ganas, oportunidades...un buen libro puede ser el mejor amigo, el mejor compañero, el mejor consejero...
Gracias a Isabel Allede, Og Mandino, Echevarría, Osho, Esquivel, Benedetti, Storni, Neruda, Buesa, Goleman, Castaneda, Chopra, Olalla, Bernal, Ward, Bloch, Golden, Coelho, Tolle, y taaantos que mencionaría ahora...gracias a cada uno, porque sus palabras inspiraron mi vida, porque no saben la magia que producieron en mi alma y porque sus enseñanzas se hicieron vida en mí...
Y gracias Dios por permitirme crear a través de las palabras...porque sé que mi creación está unida a ello, porque amo las palabras y el poder que pueden tener en nuestra vida...y porque un día quiero que esas palabras puedan resonar en las almas y
hacer cosas maravillosas en la vida de muchas personas...
He ahí uno de mis más grandes sueños...
El que no sueña, duerme. Sigo cada lectura tuya. Me alegra tu gran sueño. El poder de las palabras es inmendo. La palabras conmueven corazones, edifican vidas. Las palabras producen la METANOIA en las personas. Las palabras dan vida. Las palabras defienden la vida. Las palabras protestan contra la injustica. Las palabras siembran vida. Que nada apague este sueño tuyo.
ResponderEliminarLas palabras convierten en blandos los duros corazones. La palabras tienen el poder que ni las armas químicas o atómicas lo tienen.
Con las palabras se regala esperanza, esperanzas para tener razones para vivir.
No apagues tu sueño. Que arda diariamente con fuego. Que corra con arroyo perenne. Los sueños son las razones de nuestra lucha...
Carpe Diem!!!