martes, 6 de diciembre de 2016

Madre Tierra

Ayer y hoy estuve en un encuentro de sabiduría ancestral llamado Sumaq Kausay, un espacio generado por seres llenos de amor y sabiduría que transitan en la búsqueda del saber ancestral, recordando sus enseñanzas, su filosofía, el buen vivir en comunidad.
Este año que ya está por dejarnos me ha dejado un inmenso regalo y ha sido reconectarme con mis orígenes más profundos y genuinos.
Soy hija de Paula, quien fue hija de Martina, mi abuela. Nunca he hablado de ella porque cuando aún la tenía conmigo no podíamos comunicarnos. En este entonces yo era una adolescente rebelde ensimismada en mis cosas, y solo recuerdo que mi abuela se comunicaba en aymara con mi mamá...decía algunas cosas en español pero jamás pudimos sostener una conversación.
Me apena en el alma que no haya podido ser así. Hoy, casi 20 años después de que partiera recién puedo comprender su sabiduría...y todo el saber que le trasladó a mi mamá. Yo miraba con recelo las costumbres que tenían...mi ser se había desconectado de lo esencial de la vida...creía que la vida era más emocionante afuera y que todas esas costumbres pertenecían a otra época.
Mi arrogancia no me permitía ver toda la riqueza que se me mostraba ante los ojos.
Hoy intento recordar todo. Todas las palabras de mi madre...todas las que hoy me hacen tanto sentido...y me hace extrañarla con todas mis fuerzas.

"Hay que darle gracias a la Pachamama, ella que siempre nos provee...a ella hay que agradecerle antes que a nadie" decía mi mamá mientras derramaba parte de su vino que contenía su vaso...con una intención sagrada que hoy recuerdo con asombro...
"La tierra es sagrada, las plantas son sagradas, el agua es sagrada...sin el agua nada puede existir..." me decía en mi patio, mientras miraba sus plantas del jardín que ella quería tanto...siempre me decía que nada la hacía más feliz que mirar las flores y los frutos del jardín que ella recogía con gratitud.

Pienso en todo el saber que traía...en ese saber que hemos olvidado....
Nos hemos desconectado de la fuente universal...hemos dejado de ver la vida como el regalo sagrado que es....hemos dejado de contemplar el milagro de la naturaleza...y la bendición de la mirada de otro ser humano...
Cada vez más separados y solos se crea una profunda tristeza que a veces no sabemos de donde viene...y tiene sus raíces en esa desconexión...en ese abandono en el que nos quisieron hacer creer...donde hemos dejado de danzar, de cantar, de pintar, de construir juntos y mirar lo divino en todo y todos...

Somos todos hijos de la tierra...somos amados, sostenidos y protegidos...

Nunca hemos estado solos, nunca estamos, ni nunca estaremos solos.

Detente a contemplar el cielo...mira la grandeza del sol, la belleza de la luna y las estrellas y saluda con convicción a cada planta, porque ella vive, late y nos enseña a vivir en armonía con lo que es...
Volver a la fuente...llegará el día en que todos volveremos a la sagrada tierra...cuidemos este hermoso lugar...nuestro hogar, nuestra morada...honremos la vida, viviéndola en plenitud y armonía con todo y todos...
Honro hoy mis raíces aymaras...a mi bisabuelo boliviano que nunca conocí...y que estoy segura también me dejó el legado de su saber...
Alguna vez hace muchos años, un maestro me dijo en un sueño: "Eres un puente..."
Un puente? que significa ser un puente?...tarde años en comprender el mensaje...y hoy, empiezo con esperanza a vislumbrar el significado de sus palabras...

Un abrazo con amor a ti, que estás detrás de esta pantalla.

Que el amor Universal nos abrace y nuestra mente y espíritu estén siempre al servicio del mayor bien posible.

Nery <3 p="">

lunes, 16 de mayo de 2016

Una gran diferencia...

Le preguntaron cierta vez a Uwais, el Sufí: «¿Qué es lo que la Gracia te ha dado?». Y les respondió:
«Cuando me despierto por las mañanas, me siento como un hombre que no está seguro de vivir hasta la noche».
Le volvieron a preguntar:
«Pero esto ¿no lo saben todos los hombres?».
Y replicó Uwais: «Sí, lo saben, Pero no todos lo sienten».

Esa es la sutil diferencia. Vivir en la conciencia de que cada día...amando la posibilidad de estar vivor hoy, y entender que mañana no lo sabemos a ciencia cierta. El mundo puede dar mil giros. Lo sabemos.
Cuando nos encontramos de cara ante la temporalidad de la existencia, empiezan a desaparecer los miedos, nos atrevemos a vivir más intensamente, corremos riesgos...finalmente comprendemos que ya no hay nada que perder...vivimos en conciencia, perdonamos, pedimos perdón...amamos...
Leía un post hace unos días, que el grave error es que los seres humanos creemos que tenemos tiempo. Lo cierto es que este momento es lo único que poseemos. Podemos hacer de él una poesía o una triste canción. Sólo depende de nosotros.
Que tengan una excelente semana!

Nery

viernes, 22 de abril de 2016

La única medicina...

"Tantos libros de autoayuda, tantas recetas para la felicidad, tantos remedios que prometen ser la panacea, tantos senderos, tantos caminos, tantos maestros ascendidos, tantos genios de las lámparas y tantos vendedores de humo...

Y de repente llegas tú, con tus ojos luminosos y tu mirada de estrellas, tu alma india, tu sencillez, tu humildad, tu inocencia y tu sonrisa llena de Sol, y me regalas a manos llenas la mayor de las Medicinas, la única, la verdadera: EL AMOR..."


∞ Ada Luz Márquez ∞

Gracias por coincidir...


Que todos los soles pueblen tu corazón en tus noches oscuras de soledad e incomprensión, sobre todo cuando la tiniebla nazca desde dentro.
Que la luz de todos los amaneceres te arrope a la vuelta de todas las esquinas, al dorso de todos los muros, al filo de todas las espinas.

Que la fuerza de todos los vientos sean tu aliento cuando falte y el empuje cuando las rocas del camino se hagan montaña.

Que tus pasos se hagan mudos a la queja y los juicios y tus oídos se hagan sordos a los "no puedes", y sobre todo, a los feroces " no puedo".

Que la tierra te nutra de raíces y el cielo te regale alas, que el camino te sostenga y el horizonte te abra los brazos.

Que tu paso sea pájaro abriendo todas las fronteras.

A ti, que estás leyendo, Aquí y Ahora.
Gracias por coincidir.


Hermana Águila