martes, 3 de julio de 2012

Llegaste tú...

Y llegaste tú...y todo cambió...
llegaste tú...
la esperanza triunfó...
llegaste tú...y volví a creer...

Hoy es un día de aquellos en los que mi corazón se eleva por encima de mi cuerpo...

Hace un año el ser que más amé partió al cielo...
Hace un año creí morir de dolor...de tristeza...de impotencia...
Fueron días difíciles...nunca comprendí porque mi amada mamá tenía que partir,
así de pronto, dejándonos con el corazón vacío, con su recuerdo que me robaría lágrimas cada día...

Y desde entonces ha sido un año para sanar el corazón...
Dios nos ha sostenido a mí y a mi familia y aquella herida tan grande fue sanando...
comprendí que del dolor más profundo, emerge también un espíritu distinto...el dolor literalmente nos transformó...y nos hizo reconocer la vida como un regalo de Dios y amar con una intensidad que antes no conocíamos...
Al pasar los días...luego de la profundidad de nuestro dolor...la paz volvía a nuestro espíritu y entregamos todo a Dios...y El actuó, brindándonos una infinita paz, esperanza y aceptación...

Estos meses, decidida a estar más tiempo con mi familia en Tacna
sucedió algo que nunca pasó por un momento en mi mente...
Llegaste tú...
Como si el destino lo hubiera programado todo...
Exactamente a un año de la partida de mi mamita...un ángel maravilloso, llegó...
para llenar mis días de luz, de amor, de esperanza, de dulzura...

Y hoy, un 3 de julio del 2012...después de tantas lunas y atardeceres con mi soledad...
llegaste tú...contra todo pronóstico...desafiando el destino...de repente un día,  paso a paso, ingresaste a mi vida...llenándola de sonrisas, de esperanzas, de sueños y de fe...y de esa infinita paz que me dan tus ojos...con tu voz serena...con  tus palabras sabias...me brindaste tu abrazo fuerte...y me entregaste el tesoro más bello...tu corazón...y a cambio, te di el mío...y sellamos este día sublime...que parecía un sueño...del que ambos no quisimos despertar...Los minutos se detenían en el tiempo y el mundo se detuvo, para dar paso a tu voz...a aquel milagro de amor que Dios puso en nuestros corazones...

Daniel, gracias por aparecer en mi vida, por ser TÚ, por ser quien eres, por todo lo que haces...por tu precioso corazón...por mirada infinita...por tu valentía...

Porque eres un milagro...una bendición...porque te quiero tanto...porque sólo sonrío en tu presencia...porque, con nuestras locuras, decidimos iniciar este camino juntos que aunque aún no sabemos a donde nos llevará...sabemos que será bendecido cada día por Dios...y eso es suficiente...

Y un día...
llegaste tú...
la esperanza triunfó...
volví a creer...