“Ya todo está listo… el agua, el sol y el barro, pero si faltas TÚ, no habrá milagro”
Juan Manuel Serrat.
Con esta frase quiero iniciar este artículo agradeciendo a las más de cien personas que acudieron a la conferencia de Liderazgo y Coaching realizado el pasado jueves. No imaginan todo el cariño y gratitud que siento por cada uno de ustedes que hizo que aquel encuentro se convirtiera en un mágico espacio de aprendizaje. Ese día ustedes me permitieron mostrarles parte de este maravilloso mundo que nos ofrece el coaching, una disciplina que busca reconocer al ser humano, conectarlo con su grandeza, con su dignidad, con su amor y todo su poder. Gracias con todo mi corazón ¡¡¡
Y hoy quiero empezar este artículo con una experiencia que he vivido hace algún tiempo. Preocupada por una nueva conferencia regional que tenía que ofrecer en Lima empezaba a pensar como era la “mejor forma de hacerlo” y eso me había puesto tensa y preocupada…Más tarde recordaba que eso también se había presentado antes en mi vida; exigencia al máximo, estar pendiente de lo que se diga, de lo que se pide, estar siempre pendiente de los demás, y no de mí.
Entonces surgió una conversación de coaching maravilloso donde pude ver algo que antes no había mirado. Junto a mi coach, mirando un parque lleno de diferentes árboles y plantas comenzamos una conversación que partió con la pregunta: ¿Cómo crees que se sienten los árboles?. Yo los miraba y cada uno, entre robles, palmeras y pinos, todos lucían bellísimos, sus hojas se deslizaban graciosamente con el viento, sus colores eran vivos, sus formas eran únicas y perfectamente delineadas, al costado había rosales y otro tipo de flores…cada una diferente, cada una bella, cada una feliz siendo quien era.
Sólo observar ese paisaje me hizo entender algo que voy a guardar toda la vida. Si tan sólo nos esforzásemos por ser quienes somos, sin buscar ser “aquello”, sin seguir modelos, esquemas, ¿cuanta liberación en el alma habría?
Recordaba un cuento donde una ardilla le decía a un hombre: “Ustedes (los humanos) se complican tanto la vida, siempre están exigiéndose, comparándose, y nunca disfrutan ser quienes son. Yo en cambio soy una ardilla, y no quiero ser paloma ni mariposa, soy feliz, sólo por ser quien soy”.
Esas palabras resonaron fuertemente en mi corazón. ¿Será que la insatisfacción y por ende la infelicidad surgen también por querer siempre ser otras personas?, ¿será que estamos en constante búsqueda de agradar al otro, de parecernos a otros seres que no somos, y cuando vemos que no lo logramos, nos sentimos frustrados?
Esa tarde, mi coach me devolvió algo que había olvidado: “Tú, siendo quien eres, ya eres suficiente”, mi corazón se conmovió infinitamente, sentí la libertad de ser yo y sentirme feliz de ser quien era… había algo de magia en sus palabras que aún siguen resonando en mi alma.
Y hoy te invito a revisar como eres tú, frente a los juicios de los demás. ¿Buscas siempre agradar a los demás?, ¿estás siempre buscando cariño y aceptación de los otros?, ¿inventas caretas para que los demás te quieran?, ¿te niegas a ti mismo, por buscar agradar a los demás?, ¿te gustaría volver a conectarte con el ser maravilloso y exclusivo que eres?
¿Cómo se siente estar pendiente siempre de lo que los demás piensan o digan de ti?, ¿No te gustaría disfrutar de la libertad de amarte y aceptarte como eres?, ¿y quien te lo impide?, ¿Quién te detiene?
Hoy dejaré estas preguntas en ti. Yo he descubierto maravillosas respuestas en mi vida explorándolas. Y lo que ahora tengo claro es que no hay dicha más grande que sentirse SUFICIENTE, así tal cual, y sentirse feliz por lo que posees, y desde esa mirada, de autoaceptación, que es la mirada del amor, resulta que todo afuera cambia.
Es posible que empieces a conectarte también con la aceptación de los demás, quizás dejes de lado esos juicios y críticas que haces a quienes te rodean y que tanto daño pueden hacerte. Quizás empieces a mirarlos desde el respeto, la compasión, reconociendo en cada ser, un ser digno, un ser grande, un ser que está en el mundo por algo inmenso.
Cuando comiences a conectarte con tu propia grandeza, todo afuera, empezará a brillar de esa misma manera. Por la forma en que tú te miras, miras también a los demás…entonces ¿cómo te gustaría empezar a mirarte ahora?
Y para concluir, aquí les envío nuevamente otro abrazo lleno de mi cariño y gratitud a todos quienes hicieron posible la conferencia del jueves 29, ese día comprobé una vez más el poder de unir esfuerzos para lograr cosas inimaginables.
Juan Manuel Serrat.
Con esta frase quiero iniciar este artículo agradeciendo a las más de cien personas que acudieron a la conferencia de Liderazgo y Coaching realizado el pasado jueves. No imaginan todo el cariño y gratitud que siento por cada uno de ustedes que hizo que aquel encuentro se convirtiera en un mágico espacio de aprendizaje. Ese día ustedes me permitieron mostrarles parte de este maravilloso mundo que nos ofrece el coaching, una disciplina que busca reconocer al ser humano, conectarlo con su grandeza, con su dignidad, con su amor y todo su poder. Gracias con todo mi corazón ¡¡¡
Y hoy quiero empezar este artículo con una experiencia que he vivido hace algún tiempo. Preocupada por una nueva conferencia regional que tenía que ofrecer en Lima empezaba a pensar como era la “mejor forma de hacerlo” y eso me había puesto tensa y preocupada…Más tarde recordaba que eso también se había presentado antes en mi vida; exigencia al máximo, estar pendiente de lo que se diga, de lo que se pide, estar siempre pendiente de los demás, y no de mí.
Entonces surgió una conversación de coaching maravilloso donde pude ver algo que antes no había mirado. Junto a mi coach, mirando un parque lleno de diferentes árboles y plantas comenzamos una conversación que partió con la pregunta: ¿Cómo crees que se sienten los árboles?. Yo los miraba y cada uno, entre robles, palmeras y pinos, todos lucían bellísimos, sus hojas se deslizaban graciosamente con el viento, sus colores eran vivos, sus formas eran únicas y perfectamente delineadas, al costado había rosales y otro tipo de flores…cada una diferente, cada una bella, cada una feliz siendo quien era.
Sólo observar ese paisaje me hizo entender algo que voy a guardar toda la vida. Si tan sólo nos esforzásemos por ser quienes somos, sin buscar ser “aquello”, sin seguir modelos, esquemas, ¿cuanta liberación en el alma habría?
Recordaba un cuento donde una ardilla le decía a un hombre: “Ustedes (los humanos) se complican tanto la vida, siempre están exigiéndose, comparándose, y nunca disfrutan ser quienes son. Yo en cambio soy una ardilla, y no quiero ser paloma ni mariposa, soy feliz, sólo por ser quien soy”.
Esas palabras resonaron fuertemente en mi corazón. ¿Será que la insatisfacción y por ende la infelicidad surgen también por querer siempre ser otras personas?, ¿será que estamos en constante búsqueda de agradar al otro, de parecernos a otros seres que no somos, y cuando vemos que no lo logramos, nos sentimos frustrados?
Esa tarde, mi coach me devolvió algo que había olvidado: “Tú, siendo quien eres, ya eres suficiente”, mi corazón se conmovió infinitamente, sentí la libertad de ser yo y sentirme feliz de ser quien era… había algo de magia en sus palabras que aún siguen resonando en mi alma.
Y hoy te invito a revisar como eres tú, frente a los juicios de los demás. ¿Buscas siempre agradar a los demás?, ¿estás siempre buscando cariño y aceptación de los otros?, ¿inventas caretas para que los demás te quieran?, ¿te niegas a ti mismo, por buscar agradar a los demás?, ¿te gustaría volver a conectarte con el ser maravilloso y exclusivo que eres?
¿Cómo se siente estar pendiente siempre de lo que los demás piensan o digan de ti?, ¿No te gustaría disfrutar de la libertad de amarte y aceptarte como eres?, ¿y quien te lo impide?, ¿Quién te detiene?
Hoy dejaré estas preguntas en ti. Yo he descubierto maravillosas respuestas en mi vida explorándolas. Y lo que ahora tengo claro es que no hay dicha más grande que sentirse SUFICIENTE, así tal cual, y sentirse feliz por lo que posees, y desde esa mirada, de autoaceptación, que es la mirada del amor, resulta que todo afuera cambia.
Es posible que empieces a conectarte también con la aceptación de los demás, quizás dejes de lado esos juicios y críticas que haces a quienes te rodean y que tanto daño pueden hacerte. Quizás empieces a mirarlos desde el respeto, la compasión, reconociendo en cada ser, un ser digno, un ser grande, un ser que está en el mundo por algo inmenso.
Cuando comiences a conectarte con tu propia grandeza, todo afuera, empezará a brillar de esa misma manera. Por la forma en que tú te miras, miras también a los demás…entonces ¿cómo te gustaría empezar a mirarte ahora?
Y para concluir, aquí les envío nuevamente otro abrazo lleno de mi cariño y gratitud a todos quienes hicieron posible la conferencia del jueves 29, ese día comprobé una vez más el poder de unir esfuerzos para lograr cosas inimaginables.
Estimada Nery... está muy bonita tu entrada... me gustó el cuento de la ardilla... y esa frase "Tú, siendo quien eres, ya eres suficiente". La verdad que cada uno de nosotros lleva dentro una caja de sorpresas, dones, talentos, valores, virtudes y obviamente defectos... cosas que nos hacen únicos y que muestran la grandeza de Dios para con el ser humano, su máxima creación... Sinceramente te agradezco por la conferencia de Coaching... fue la primera conferencia a la que asisto para escuchar sobre este tema y la verdad que salí completamente renovado... gracias por tu paciencia y dedicación... sé que alcanzarás cosas muy grandes en esta vida... Un abrazo enorme y sigue adelante con tus proyectos y tus sueños... No dejes de seguir publicando más entradas...
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