Aprovechando los feriados por Semana Santa decidí alistar maletas y viajar a Tacna, mi ciudad natal, para reconectarme con los míos, para que Salvador disfrutara del amor de sus abuelos y tíos, respirar nuevos aires, comer delicioso y grabar nuevos y bellos recuerdos en la memoria...
Ya compartiré con ustedes, lo que este viaje me ha regalado,
Pero ahora, con las emociones a flor de piel, quiero compartirles dos hechos que sucedieron en el viaje de retorno a Lima,
El primero fue ver una película sobre la caótica vida de una mamá. Me sentí recontra identificada, la protagonista no tenía uno, sino tres pequeños y era mamá a tiempo completo. La sentí una heroína. Nunca había presenciado escenas tan reales...cuando tuve a Salvador creí que sería sencillísimo criar a un bebé....tenía en mi mente la imagen de los bebés sonrientes y tranquilos, que duermen toda la noche y son dóciles y dulces.....nada más alejado del carácter de mi pequeño, un niño inquieto, vivaz y llenito de energía que dormía apenas 30 minutos seguidos y gritaba a voz en cuello para pedir su teta de inmediato...
Recuerdo que cuando su bisabuela lo visitó, al mes de nacido, nos dijo en son de broma que ese niño sería un "tirano", y que me preparara para tener a un niño con un carácter bastante fuerte y decidido, que sabría muy bien lo que querría en la vida y lo exigiría...
Sus predicciones fueron totalmente certeras.
Debo confesar que ser mamá y ahora trabajar me deja sin una gota de energía en las noches...nunca había valorado tanto mis horas de sueño y comer a mis horas. Hacerlo ahora es un tremendo privilegio que agradezco infinitamente.
Al ver la película honré nuevamente a todas las madres valientes que pese al cansancio, dan todo de sí por sus pequeños. Definitivamente, son las madres, las que pueden cambiar el rumbo de las civilizaciones, de las generaciones enteras...comprendí una vez más que los hijos amados son lo más poderoso que podemos dejar a este mundo. Lo más necesario también.
Lo otro que me pasó al regreso es que me puse a leer un libro de Louise Hay, a quien no leía hace muchísimo tiempo, el título del libro me jaló de inmediato: "El mundo te está esperando". Durante la siguiente hora me leí las primeras 40 páginas del texto, cuyo mensaje me trajo de vuelta la importancia de tener siempre pensamientos e ideas que me den paz y tranquilidad en todos los momentos de mi vida. Me llamó muchísimo la parte en la que Louise señalaba que era valiosísimo recordar que somos protegidos por la vida, que somos amados y que todo lo que sucede, sucede siempre por un bien mayor, incluso las dificultades.
Grabé eso en mi memoria y mi corazón. Desde ahora me propondría ver siempre cada suceso de mi vida como una bendición.
Y la vida me daría la oportunidad de poner a prueba esta nueva creencia de manera inmediata.
Al llegar a Lima, perdí mi celular. No recuerdo cómo, no sé si se me cayó, me lo sacaron del bolsillo o se quedó en el taxi camino a casa, lo único que sé es que al llegar al departamento no lo tenía, y curiosamente, y de manera asombrosa para mí, me sentí tranquila.
Debo confesar que nunca antes había experimentado esto con tanta rapidez...acepté el hecho, observé mi tristeza por la pérdida de algunas fotos de Salvador, pero nada más...nada de lamentos ni recriminaciones...Me dije a mí misma: "Todo está bien, todo sucede por una razón, más grande y buena"...de pronto, vino a mi mente la ilusión que tenía hace meses de tener un teléfono con radio...algo más práctico y liviano que llevar...de pronto, la idea de la pérdida se desvanecía rapidísimo y llegaba el entusiasmo de saber que algo bueno vendría...
Y sé que ese libro llegó a mis manos en el momento perfecto...si no, quizás hubiera estado en este instante renegando y gastando energías en culparme por no haber estado tan atenta...(y reconozco la importancia de estarlo evidentemente), el tema es que podemos ahorrarnos minutos y horas de esa recriminación insulsa que a nada bueno nos conduce...uno aprende y adelante...la vida sigue...no vale la pena luchar contra lo que no se puede cambiar...
Ahora me voy a conectar con mi mundo interno...menos wsp y FB y mayor conexión con mi alma y el alma de Salvador...y entonces me vuelvo a preguntar si esta pérdida más bien me ha devuelto algo más grande....estoy segura que sí.
Estas dos cosas me regalaron este viaje de regreso...
Que podamos ver siempre las bendiciones detrás de todo.
Un abrazo a todos!